Como es dentro es fuera

CUIDA DE TI

Cuida de ti, dedícate tiempo, todo el que sientas que precisas. Sé paciente contigo. Piensa en lo que harías si alguien a quien quieres estuviera pasando por lo mismo que tú. Date lo que das, o por lo menos empieza a tenerte en cuenta, a ser consciente de que existes, de que sientes, de que también necesitas. Hazlo diferente, puedes empezar por pequeñas cosas. Lo de fuera solo empezará a cambiar, si lo de dentro se mueve.

Pon en valor lo que has logrado, no es justo que solo te fijes en lo que crees que te falta. Juzgarte nunca va a ser la forma de crecer ni de mejorar. Solo el amor sana. Si todavía te criticas, no pasa nada, pero por lo menos pídete perdón, así podrás comenzar a cambiar tu vibración.

No te compares, lo que estás viendo con tus ojos físicos nunca es la realidad completa. Sin embargo, tú lo tienes todo dentro, no te falta nada, solo tienes que redirigir tu atención, de fuera a dentro. Siente. Sin más. Siente, ve al cuerpo físico y deja que tus emociones se expresen. Las respuestas que buscas están en tu corazón.

Y qué ocurre con tu mente. Que te atosiga, te angustia y te asusta. Deja de creerte lo que te dice, cuestiona lo que piensas, obsérvalo, míralo sin regalarle una reacción, así convertirás a tu mente en una aliada, así podrás comenzar a elegir lo que piensas, así podrás comenzar a crear tu realidad con consciencia.

Las deudas con uno mismo se pagan. No sigas renunciando a ti. No sigas dejándote para mañana. Priorízate, así tendrás mucho más espacio para dar de corazón, para compartirte, para estar en paz, para irradiar amor.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Tomoko Uji




VERTE A TI MISMO

Si te aceptas totalmente, dejarás de proyectarte en los demás. Si no te resistes, podrás transformarte y avanzar. Si crees que no se puede tener todo en la vida, no lo tendrás.

Si crees que Dios te perdonará, habrás confundido juicio y culpa con amor. Si te defiendes, te atacarán. Si luchas, necesitarás guerras y conflictos. Si piensas que no vas a poder, te aseguro que no podrás.

Si juegas a juzgarte y a tratarte mal, no es extraño que los otros te juzguen y te traten igual. Si te victimizas, te tendrán que culpar. Si no te atreves a decir “no”, abusarán de ti. Si das para recibir, no recibirás. Si das sin esperar, tendrás.

Si no piensas, encontrarás sosiego y paz. Si reprimes lo que sientes, lo que sientes te matará. Si desconfías, conocerás a gente de la que nunca te podrás fiar. Si te crees el miedo, el miedo dirigirá tu vida y te someterá.

Si juzgas, te van a juzgar. Si entregas y confías, llenarás tu vida de milagros. Si no te liberas del miedo a la impermanencia y a la muerte, no vivirás.

Si no te responsabilizas de ti y cambias, lo de fuera nunca podrá cambiar. Si eres capaz de renunciar a ti para que te quieran, no te van a poder querer de verdad. Si no te valoras, no podrás apreciar el reconocimiento de los demás.

Si crees que la vida es dura, dura será. Si crees que nunca te puede faltar, no sabrás lo que es la escasez, y si tienes miedo a tener, no tendrás.

Tú solo puedes verte a ti mismo.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Noah Silliman

VÍNCULOS

Dedicamos tanta atención a agradar a los demás, a ser lo que creemos que debemos de ser para que nos quieran y para ser aceptados, que en el camino nos olvidamos de ser nosotros mismos y de ocuparnos de nuestras verdaderas necesidades. En vez de afrontar nuestro miedo a la soledad y a no pertenecer, nos dejamos arrastrar por ellos y comenzamos a vendernos a cambio de nada.

Nos olvidamos de encontrar dentro lo que, con desesperación, buscamos fuera y no le damos valor al contacto y la conexión con nuestra casa interna. Dejamos de honrarnos, si es que alguna vez lo hicimos, y de reconocernos como seres completos, para comenzar a buscar algo que sirva de anestesia al vacío que sentimos. Tenemos relaciones que no nos llenan y en las que en realidad no estamos, pero preferimos quedarnos sostenidos en la ausencia antes que afrontar nuestros demonios y comenzar a sanar a nuestra pareja interna. No queremos decir "no" para que el otro no se moleste. No queremos decir "sí" a lo que sentimos no vaya a ser que los demás se asusten. No nos atrevemos a ser porque nos hemos olvidado de que lo que somos es sagrado.

Nuestras vidas se basan en los vínculos que creamos, es lo que poseemos y lo que nos llevaremos, sin embargo, el único vínculo que permite que todos los demás sean es el que mantenemos con nosotros mismos. Con cada renuncia que hacemos a nuestras necesidades, nos alejamos de nuestra capacidad para amar. Con cada intento de ser lo que no somos para que nos quieran, nos separamos de la posibilidad de recibir amor. Con cada negativa a permitirnos vivir la vida desde lo que sentimos y desde lo que necesitamos, nos encadenamos a vínculos que se alimentan de nuestra propia carencia y que se sustentan en la proyección.

Nuestra naturaleza vincular hace que necesitemos conexión, intimidad, apoyo y comunión con los otros, por eso es tan importante la forma y el lugar desde donde generamos nuestros vínculos. Por eso es tan importante no olvidarnos nunca de que el primer vínculo es el que mantenemos con nosotros mismos.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Brittani Burns

PREPARARSE

Hace unos días, una persona me preguntó cómo debía prepararse para determinado evento astrológico que sucederá dentro de unos meses. Mi respuesta fue que sería mejor, en vez de prepararse, estar disponible y abierta a la experiencia.

Esta pregunta, me hizo reflexionar mucho sobre el tipo de relación que mantenemos con la vida y con sus propuestas. Cuando no confiamos en ella, cuando no nos sentimos sus hijos, vamos a tener la necesidad de defendernos, de estar alerta, de sobreesforzarnos o de prepararnos para lo que pueda venir. Esa forma de vivir nos mata por dentro, porque, además de ser agotadora y miedosa, nos va a impedir experimentar la plenitud, el sosiego y la felicidad que surgen en nuestro interior cuando elegimos confiar, cuando cultivamos la certeza de que, aunque nuestro ojos no puedan ver, todo tiene un propósito mayor, conectado al amor.

Construir un vínculo sólido con la vida, basado en la inocencia, la confianza y la entrega es lo que nos va a permitir relajarnos y fluir y eso, a su vez, impulsará un cambio de inmenso valor en nuestro interior. Habremos abierto el camino para que nuestras experiencias comiencen a cambiar, para respirar milagros y para que le podamos dar un sentido elevado a nuestro paseo por aquí.

No es lo mismo vivir creyendo que existe un Universo, Dios o como lo queramos llamar fuera de nosotros, que vivir sabiendo que nosotros participamos de esa energía y somos ese Universo. La creencia de separación nos lleva al miedo y al desasosiego. La creencia de Unidad nos otorga el poder de crear.

Revisa la forma que tienes de relacionarte con la vida y las creencias que sostienen tu vínculo con ella. Observa si te defiendes o si, por el contrario, caminas relajado, despreocupado, abierto y disponible.

"…Ese espíritu despreocupado es un rasgo fundamental en las tibetanas; una aceptación que no implica fatalismo sino una profunda confianza en la vida". - Las Montañas de Buda.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Vincent Ledvina

Photo by Vincent Ledvina

CUANDO TODO VA BIEN

Esta mañana dejé caer una lagrimita. Y no era de tristeza no, era de alegría. Esta mañana, tuve una profunda sensación de plenitud interna, de sentido, de anclaje y de consciencia. Mi mente solo necesitó el tiempo que tardó en secarse esa lágrima, para decirme con fuerza y descaro: no te confíes, a ver cuánto tiempo crees que va a durar ese estado…

Así es. La amenaza de que algo malo está por llegar, de que no se puede tener todo en la vida, de que es imposible que siempre vaya todo bien, nos impide relajarnos, y de verdad, construir una experiencia libre de miedo y de angustia. Estamos alerta. Una parte de nosotros cree que, de forma inesperada y aleatoria, las cosas pueden cambiar y volverse en nuestra contra. Como si desde arriba nos estuvieran mirando y diciendo: ahora que todo va bien, habrá que enviar algún que otro problema para equilibrar. Pero la Fuente no da ni quita, solo nos devuelve lo que, con amor o miedo, le pedimos. Y en el fondo, lo que ocurre es que cuando yo me siento plena, tengo miedo de que esa sensación no dure, tengo miedo de que si las cosas van tan bien ahora, en algún momento, habrá que compensar tanta plenitud con otro tanto de abatimiento y vacío.

En el fondo, nos da miedo el bienestar y cuando todo va bien, nos asusta que todo comience a ir muy mal. Nos auto boicoteamos. Sin querer, nosotros mismos nos negamos la posibilidad de una vida plena. ¿Y qué podemos hacer? Podemos dejar de escuchar el ruido y el “ ¿y si?” de nuestra mente y crear una nueva relación con nosotros mismos. Podemos perdonarnos por nuestras creencias limitantes y podemos declararnos inocentes y merecedores del bienestar y de la abundancia. Podemos aceptar que somos algo mucho más grande que el miedo y que es nuestro derecho disfrutar la plenitud en esta experiencia. Podemos darnos la posibilidad de creer que el Universo siempre conspira a nuestro favor en vez de hacerlo en nuestra contra. Podemos aceptar que no existe lo bueno y lo malo, que todo contiene luz, y podemos aprender a ver las situaciones de fuera como lo que son: experiencias, en vez de utilizarlas como baremo para determinar nuestros estados internos.

Hoy me he dado cuenta de que esa sensación de plenitud y de consciencia que me ha hecho llorar, me pertenece y no porque las cosas en mi vida estén yendo bien, sino al revés. Hacer crecer ese sentimiento dentro de mí, nutrirlo y cultivarlo es lo que está provocando que todo vaya bien.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Sippakorn Yamkasikorn

Photo by Sippakorn Yamkasikorn